El talento de Alan
Había una vez un niño llamado Alan que soñaba con deslizarse sobre el hielo con gracia, pero patinar le resultaba más difícil de lo que imaginaba. A pesar de que sus amigos aprendían rápidamente, Alan se esforzaba, pero siempre parecía quedarse atrás. Sus amigos, comprensivos y llenos de ánimo, lo alentaban con sonrisas y palabras alentadoras. Alan, a pesar de sus caídas y resbalones, nunca dejó de intentarlo. Un día, la escuela organizó una emocionante excursión a un parque con un aula especial para aprender las señales de tráfico y practicar ciclismo. Todos llevaban bicicletas con ruedines, pero Alan decidió desafiar sus límites y tomar una sin ellos. Para sorpresa de todos, pedaleó con destreza y equilibrio, ganándose el aplauso y los halagos de sus amigos. Descubrió que, aunque patinar no fuera su fuerte, tenía un talento innato para montar en bicicleta. Este día especial enseñó a Alan una valiosa lección: todos somos diferentes, y cada uno tiene habilidades únicas. Aprendió que n